Soneto 260. MARAVILLA
Antes de que la luna salga ardiendo
en esta noche frágil e inestable
donde la esencia de amor es un sable
que no se sostiene y se está extinguiendo;
antes de volver, de nuevo, sufriendo
en devenir de hombre o mujer palpable
que no entienden del amor alcanzable
en todo cuanto nos está ocurriendo;
antes de que la inocencia más niña
rebose en cúmulos de bronca y riña
al respaldo de una sentada silla;
antes de que la vida sea la viña
y el comensal sea ensalada que aliña,...
antes,... mucho antes,... ¡ya eras Maravilla!.
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