Soneto 261. NO HAY MAYOR ILUSIÓN
Detrás de un panal de ojos, busco ese ojo
que irradia destellos en la distancia,
que es apócope sin más elegancia
que su ternura al mirar de reojo.
No hay mayor ilusión que la que escojo
ni habrá más tensiones en cada estancia.
No hay mayor pasión ni perseverancia
como su dulzura al guiñarme un ojo.
Su alma vino a vivir conmigo un sueño
para esquilmarnos mutuamente el fruto
de un amor que fluye grabado a fuego.
Su olor es fragancia de puro ensueño
que siempre cuidadosamente escruto
pensando que "adiós" aún es "¡hasta luego!".
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